Puede parecer una idea descabellada que alguien nos pida el favor de guardar sus huesos cuando muera. Lo más probable es que llegado el momento ignoremos esa petición, a simple vista, esto no tiene ningún sentido, entonces, ¿Para qué hacerlo? Sin embargo, nos dice la palabra que José pidió a su familia el favor de guardar sus huesos cuando él muriera.

Es extraña esta petición en particular, no obstante, José tenía un propósito claro con ello para con su familia. El propósito de los huesos de José se cumplió gracias a que su familia no sólo lo escuchó, sino que, también, prestaron atención y creyeron en ello.

¿Por qué José pidió a su familia que guardaran sus huesos?

La petición de guardar los huesos de José fue producto de un intenso deseo de disfrutar de aquella promesa de Dios a Abraham y su descendencia. Cabe aclarar que ese deseo de José no surgió de la nada, y mucho menos, en base a ideas sin fundamentos claros y precisos. José siempre fue un hombre de fe, y por su fe creyó en la promesa y dio mandamiento de que sus huesos no se quedaran en Egipto.

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Él no sólo se resistía a la idea de que sus huesos reposaran en tierra extranjera, sino que, también, quería entrar en aquella tierra prometida de Dios.

¿Cuál fue la señal profética de los huesos de José?

Los huesos de José representaban la esperanza y, no obstante, servían de recordatorio para que sus hermanos tuviesen presente que aún no habían llegado a su destino final. Sin importar cuanta aflicción, esclavitud y tiempo de estreches estuvieran viviendo, al mirar los huesos de José comprendían que un día Dios los liberaría de aquel lugar y de aquellas circunstancias. La comprensión que obtenían al mirar aquellos huesos fue la señal profética que les ayudó asimilar que ese momento que estaban viviendo era solo circunstancial y que, cuando llegara el día, disfrutarían de la promesa de Dios.

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¿Cómo pudo José visualizar la libertad de Israel?

Cuando Dios le hizo la promesa a Abraham, sin embargo, le dio a saber que antes vendría un tiempo de oscuridad para su descendencia, pero después él visitaría esa nación. Con su visita traería juicio a esa nación y, por lo tanto, aquel pueblo saldría con grandes riquezas.(Génesis 15:13-14) Así que esa promesa de Dios fue interiorizada por José, y por su fe pudo visualizar que en el destino final de él, su familia, su descendencia y la que venía de Abraham no se iban a quedar esclavos toda la vida.

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¿Qué sucedió después de la muerte de José?

A la edad de 110 años murió José, fue embalsamado y puesto en un ataúd en Egipto, puesto que, estando en vida, explicó a sus hermanos lo que sucedería después de su muerte. Les había anunciado que Dios los visitaría, les haría subir de esa tierra a la tierra prometida y, también, les haría llevar sus huesos. Así fue como los hijos de Israel obtuvieron la señal profética que les ayudaría a soportar el mal momento que estuvieran pasando, puesto que esta representaba la luz hacia la libertad.

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¿Cuántas veces tenemos enfrente nuestra una señal profética y no sabemos interpretarla y acogerla en nuestra fe?

Por lo tanto, cuando no vemos esas señales es posible que nuestra fe se debilite, sin embargo, por ningún motivo debemos dejar de creer en las promesas del Señor. Pueden pasar muchos años, más de los que imaginamos, pero debemos tener claro que todo lo que Dios nos ha prometido, se va a cumplir. Sin embargo, durante la espera no podemos perder la fe, debemos aparcar en nuestro corazón esa visión que Dios nos ha dado.

Durante la espera no podemos perder la fe, debemos aparcar en nuestro corazón esa visión que Dios nos ha dado.